Se
trata de una personificación porque atribuye una cualidad propia de
un ser animado (andar) a un objeto inanimado (el agua).
Se
trata de una metáfora porque identifica dos realidades distintas que
tienen una relación de semejanza. Las dos realidades son el
pozo y la boca que se parecen en que las dos son aberturas, húmedas,
oscuras y circulares.
Se
trata de un símil porque compara dos realidades distintas (los
cuerpos y las flores) por medio de la conjunción “como”.
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