En este fragmento titulado Las tres
labradoras de la Historia del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la
Mancha (1605), del escritor español Miguel de Cervantes (1547-1616),
un narrador editor nos cuenta el engaño que intentó hacer Sancho a
don Quiojte haciéndole creer que tres labradoras eran Dulcinea y sus
dos damas.
En el planteamiento, que ocupa el
primer párrafo, el narrador editor introduce un monólogo de Sancho
en el que el escudero se plantea cómo engañar a don Quijote
haciéndole creer que cualquier labradora es su amada Dulcinea de
forma que no le mande más veces a ese tipo de recados valiéndose de
que don Quijote está loco.
En el nudo que ocupa los párrafos que
van del segundo al noveno, el narrador editor nos cuenta cómo Sancho
hace tiempo para engañar a su amo y a la tarde se encuentra con unas
labradoras montadas en unos burros y decide ir a buscar a su amo para
mostrárselas. El narrador entonces introduce un diálogo entre don
Quijote y Sancho en el que el escudero le dice que esas tres
labradoras son Dulcinea y sus damas.
En el desenlace que ocupa el último
párrafo el narrador nos muestra las palabras de don Quijote que se
niega a creer el engaño.
Los rasgos propios del Quijote que
aparecen son:
a) narrador editor: "tres pollinas
o pollinos, que el autor no lo decalara,..."
b) Empleo del humor:: "¿Por
ventura tiene vuestra merced los ojos en el colodrillo?”
c) Trama verosimil: Don Quijote no
confunde a las mujeres con damas.
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